domingo, 22 de marzo de 2015

Capítulo XVII

Para empezar debemos saber que Don Quijote piensa que la venta es un castillo, y por ello se hospeda en él, allí ocurren numerosos sucesos para contar, pero yo me quedo con un suceso de todos ellos ya que me ha llamado la atención. El cual  nuestro caballero se niega a pagar su estancia en la venta escudándose en que es un caballero y por ello no debe pagar su estadía en ningún lugar, y el bueno de Sancho también se niega a pagar diciendo que al ser el escudero de un caballero tampoco debe hacerlo.

Aquí es donde surgen mis dudas realmente los caballeros hacían eso o solamente era una artimaña del hidalgo para no tener que pagar por dos razones que se me ocurren, una de ellas es que realmente no tenía dinero y la otra es que él eran un tacaño. 

¿Y vosotros qué pensáis?


 Carmen Arias.

¡DON QUIJOTE CUATRILINGÜE!


CAPÍTULO XVI.


De lo que le sucedió al ingenioso hidalgo en la venta que él imaginaba ser castillo.

“El ventero, que vio a don Quijote atravesado en el asno, preguntó a Sancho qué mal traía. Sancho le respondió que no era nada, sino que había dado una caída de una peña abajo, y que venía con las costillas algo brumadas.”

Como podemos comprobar a lo largo del capítulo y en los sucesos del capítulo anterior, no fue solo una caída y no es que se encontrase en plena forma nuestro hidalgo…

Entonces ¿por qué Sancho Panza no dice la verdad?, bueno mejor dicho, ¿por qué don Quijote no quiere que se enteren de lo que se ve a simple vista, que estaba completamente baldado?

Hablamos otra vez del ORGULLO, ¿por qué se siente avergonzado?, no había hecho nada malo, nada que fuese en contra de sus ideales, pero él quería hacerse el fuerte, considerarse el CABALLERO INBENCIBLE.
En ocasiones no podemos ser tan fuertes como queremos, porque todos alguna vez fallamos, somos derrotados incluso por alguien que está siendo injusto y violento, y eso nos duele.  Por otro lado a veces nos ocurre lo contrario, es decir, nos menospreciamos y pensamos que somos demasiado débiles.

"A veces en este mundo no es más fuerte el que levanta pesas sino el que grita pidiendo ayuda"
 
 
 
¿Vosotros que pensáis a cerca de la actitud de don Quijote?
 
 
















LUCÍA.
 

domingo, 15 de marzo de 2015

Capítulo XV.

Sancho: “¿Qué diablos de venganza hemos de tomar-respondió Sancho-, si  éstos son más de veinte, y nosotros no más de dos, y aún quizá no somos sino uno y medio?”
Don Quijote: “Yo valgo por cientos-replicó Don Quijote-”

¿Nunca os ha pasado que intentáis hacer más cosas de las que realmente podéis? ¿No os ocurre que hay días en los que 24 horas se quedan cortas?
A mí sí.
A veces intentamos responder a tantas cosas en tan poco tiempo, comprometernos más de lo que realmente deberíamos, y todo ello conlleva a una gran situación de estrés.
 Pensamos que podemos hacer lo mismo que 100 personas en la mitad de tiempo, porque todo es cuestión de organizarse, eso solemos decir. En cierto modo es así, sin organización es imposible que las cosas nos cundan, pero incluso siendo la persona más organizada estoy segura de que en algún momento de tu vida has acumulado tantas cosas que al final has tenido que dejar alguna a medias, pasar sueño o renunciar.
En este capítulo Don Quijote se sobrevalora, se cree quien realmente no es, se enfrenta a algo que le queda totalmente grande, y… ¿por qué? Puede ser que simplemente por orgullo, porque al igual que hemos dicho antes intentamos abarcar todo lo que se nos pone por delante sin pensarlo ni valorarlo.
El orgullo nos lleva a no decir NO, una palabra realmente importante. Al mismo tiempo no siempre es orgullo de lo que debemos hablar puesto que a veces nos sobrevaloramos pensando que vamos a tener tiempo para todo porque no queremos rechazar esas propuestas u ofertas, bien porque nos gustan o porque las necesitamos sin más remedio, y estamos dispuestos a estar los 7 días de la semana ocupados.
Para terminar os plantearé una pregunta en relación a lo dicho anteriormente:

¿Creéis que llevamos una vida demasiado estresante?


LUCÍA. 



lunes, 2 de marzo de 2015


Como ya han comentado mis compañeras en su blog: http://quijotescaszambraneras.blogspot.com.es/
Hoy hemos empezado el día con una clase un tanto diferente, un poco extraña y peculiar diría yo.
 ¿Qué significa amar? ¿A caso alguien lo sabe? ¿Todos somos capaces de amar de la misma forma?
En mi opinión no podemos saber realmente lo que significa amar, porque existen tantos tipos de amor y muchos de ellos muy diferentes, por eso mismo quiero dar un poco la razón a mi compañero Julio Campos, que mostraba una opinión parecida hoy en clase.
Ahora, considero que amar es una sensación inigualable, incontrolable e inexplicable. Algunos dirían que amar es algo correspondido, personalmente yo no lo creo. ¿A caso no puedes amar tu cama (Guillermo Jara)? Y dudo mucho que ella también esté enamorada de ti…o mejor aún, ¿no puedes amar a una persona y que ella ni siquiera se dé cuenta?
AMORES PLATÓNICOS NO SUELEN SER CORRESPONDIDOS…

Otro punto es la forma de amar, que no es para todos la misma, y muchos menos la mostramos de la misma manera, me explico refiriéndome al amor entre una pareja:

Hay personas que se dejan llevar completamente por la pasión, cuando se enamoran de alguien añoran su falta en todo momento, no pueden soportarlo.

Por otro lado hay personas que son capaces de amar con todo su corazón pero adaptarse a las situaciones y afrontarlas mejor, con más cabeza y sacrificio, el mejor ejemplo son las relaciones a distancia. Las cuales yo opino que se pueden mantener pero hay que ser más fuerte y tienes que aprender a soportar su falta.

Y luego hay personas que son más cariñosas que otras, pero eso no quiere decir que no puedan sentir lo mismo hacia la otra persona.

El caso es que la forma de amar es completamente diferente para cada persona.

¿Y qué me decís acerca del amor hacia tus hijos, familia, animales...? Ese amor puede ser tan grande o más que el anterior, pero cada persona los definiría de una forma diferente, así que otra vez volvemos al principio.

Sinceramente no sé si me atrevería a dar una única respuesta para expresar el significado de “amar”, porque creo que no la hay, sino que es un cúmulo de sentimientos, condiciones, valores...


Lucía. 

domingo, 1 de marzo de 2015

La locura de don Quijote

Al estar leyendo me han surgido varias preguntas sobre la locura que sufre don Quijote.
Después de que su caballo Rocinante tropiece haciendo que él se caiga al intentar defender a su amada Dulcinea, una vez allí en el suelo no puede levantarse porque su armadura pesa mucho, los mercaderes que habían insultado a Dulcinea aprovechan para atacarle dejándolo herido en el suelo.
Una vez allí en el suelo empieza a recordar la historia de "Valdovinos y del Marqués de Mantua cuando Carloto lo dejó herido en la montaña" ya que él cree que la historia le viene como molde a la situación en la que él se encuentra, entonces en este fragmento me pregunto ¿por qué empezó a imaginar que se encuentra en la situación de la historia? Mientras que estaba citando la historia paso a un vecino suyo que era labrador y él cree que era el marqués de Mantua su tío, el vecino queda admirado oyendo los disparates que estaba diciendo don Quijote, le lava las heridas pero no se da cuenta hasta que no le quita la visera que era su vecino, le recoge las armas hasta las astillas de la lanza. El vecino una de las veces que le pregunta que cómo se encuentra don Quijote empieza a respondedle con las mismas palabras y razones que "el cautivo Abencerraje le respondía a Rodrigo de Narváez". Una vez que llegan a su casa don Quijote escucha de que alguien está loco y él atribuye que era su vecino no el mismo y entonces me empiezo a preguntar ¿por qué no reconoce sus locuras? ¿Era feliz viviendo en su locura? ¿No existía para él una diferencia entre la realidad y la ficción?


Carmen Arias.


Capítulo VIII


LOS MOLINOS DE VIENTO Y LA CABEZONERÍA DE DON QUIJOTE.

“Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer”

Muchas veces somos muy cabezones, es decir, nos obcecamos en una idea y por mucho que alguien nos intente “convencer” de que las cosas no son así, de que estamos totalmente equivocados y vamos a caer en un gran error, no damos nuestro brazo a torcer, es más a veces ni siquiera sabemos lo que la otra persona nos ha dicho, hacemos oídos sordos.

Nos os penséis que solo os pasa a vosotros porque estoy casi convencida de que la mayoría de nosotros hemos experimentado esa situación alguna vez.

¿A qué creéis que puede deberse nuestra terquería?

Creo que no vivimos solos, necesitamos la ayuda de la gente que nos rodea, su cariño, su empatía...


¿Qué consecuencias puede causar no escuchar a los demás?


Lucía